lunes, 13 de febrero de 2012

Nicaragua de cara al ALBA Por María Julia Mayoral


Managua (PL) Nicaragua adjudica a la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) beneficios directos en términos de financiamiento, programas sociales y socio-productivos, compensación comercial de la factura petrolera e inversiones.

A juicio del presidente Daniel Ortega, el bloque establece mecanismos revolucionarios sin precedentes en el mundo y constituye una alternativa real frente al capitalismo, "un modelo económico, que hace rato entró en crisis..., en crisis ética, moral y material".

Así lo ratificó el mandatario durante la reciente XI Cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza, celebrada en Caracas, Venezuela.

Para la coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía, Rosario Murillo, el encuentro consolidó "los vínculos hermandad, solidaridad y la afirmación de nuestras soberanías en los ámbitos agroalimentario, económico, político, social y ambiental".

Conceptos como comercio justo, complementariedad económica y comercial sustentaron las decisiones adoptadas a favor de la integración regional, distinguió la también dirigente del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).

"En fin, un sinnúmero de proyectos que se concretan y avanzan en esta gran ruta de fraternidad, dignidad y libertad de los pueblos de Nuestra América", aseguró en declaraciones a la prensa.

PRECISIONES

Incorporada al ALBA el 11 de enero de 2007, un día después de la asunción presidencial de Ortega, Nicaragua creó de inmediato sus primeras estructuras para concretar los acuerdos constitutivos de la organización.

Así surgieron ALBA de Nicaragua S.A., Albalinisa (dedicada al campo de los alimentos), una Unidad de Planificación y Desarrollo y la Contraloría para fiscalizar los nuevos vínculos.

Con economía de pequeña escala y situación de pobreza acumulada, para este país los aportes de la Alianza resultan claves a fin de impulsar la restitución de derechos humanos que promueve el FSLN, luego de recuperar la dirección del Ejecutivo en los comicios generales a fines de 2006.

De 2007 a 2011, Nicaragua recibió dos mil 250 millones de dólares de financiamiento real por esa vía, de los cuales mil 462 millones corresponden a la factura petrolera, y "aquí ALBA y Petrocaribe, en particular, hacen un milagro en el siglo XXI", asegura el secretario para Políticas Nacionales, Paul Oquist.

El alto costo de los energéticos, recordó, constituye uno de los mayores obstáculos para los países pobres; por tanto, convertir la factura petrolera en financiamiento para el desarrollo, "es una gran hazaña". Según el experto, el acuerdo de Petrocaribe ofrece la posibilidad de pagar el 50 por ciento de las compras de hidrocarburos en plazos de hasta 25 años, dos años de gracia y dos por ciento de interés anual.

También hay otros flujos financieros y estímulos a la economía nacional, porque pagamos 747 millones de dólares, de lo que debíamos por el petróleo, con la venta de productos nicaragüenses, subrayó.

No se trata solamente de honrar los adeudos; nosotros estimulamos la economía nacional, financiando gente que produce, dijo el funcionario, al detallar las particularidades de ese sistema crediticio revolvente.

La mitad del dinero, colocado en financiamientos a 25 años, equivale a mil 462 millones de dólares, de los cuales el 38 por ciento costea proyectos sociales, y el resto se usa en planes socio-productivos. El otro 50 por ciento se está pagando a 90 días, informó.

Albanisa, destacó, está al día en los pagos, incluidos los que se realizan en especie, mediante la exportación de ganado bobino, leche, granos y otros surtidos.

Entre los beneficios sociales que corren a gastos figuran el subsidio al transporte público colectivo y a la tarifa eléctrica, ayudas económicas mensuales a más de 160 mil trabajadores, distribución de paquetes con alimentos, rehabilitación de silos y soluciones habitacionales.

A juicio del vicecanciller Valdrack Jaentschke, tener acceso a los recursos petroleros significó, en primer lugar, eliminar los racionamientos eléctricos con "apagones de hasta 14 horas al día cuando llegamos al gobierno en 2007", luego de 16 años de Administraciones neoliberales.

Otro tema fundamental es el vínculo entre mercado y recursos monetarios: Los aportes del ALBA, distribuidos al sector productivo agrícola, sustentan en buena medida el incremento en tres veces de las exportaciones en el último lustro, estimó.

No es solamente que Venezuela nos compre, sino que podemos llevar dinero a los pequeños y medianos empresarios y a los campesinos pobres para incrementar sus ofertas, insistió.

Estamos hablando, aseguró, de una cadena porque el financiamiento al que se accede respalda planes sociales y productivos contra la pobreza, al convertir a cientos de miles de nicaragüenses en sujetos económicos.

Ahí se inscriben los programas Hambre Cero y Usura Cero; el primero aportador de pies de cría, semillas y otros insumos para la producción de alimentos; y el segundo que concede créditos con bajas tasas de interés y facilidades de pago para establecer o ampliar pequeños negocios.

Hambre Cero, comentó Jaentschke, luego fue asumido por organizaciones como el Banco Interamericano de Desarrollo, pero la base central sobre la cual comenzamos fueron los recursos del ALBA.

Para los agricultores y otros sectores nicaragüenses, la existencia del bloque significa también garantía de mercado, con precios justos, destacó.

CONTRASTES

Antes del ALBA casi toda la economía latinoamericana, y en especial la de Centroamérica, giraba en torno a lo que ocurría en Estados Unidos, distinguió el viceministro de Hacienda Iván Acosta, en conversación con Prensa Latina.

Bajo esa dinámica se movían exportaciones, transferencia de tecnología, flujo de remesas, atracción de capitales, y todo ello ataba tanto a la economía como a la política en la mayoría de los Estados de la región, sopesó.

Esto hacía profundamente dependiente a los gobiernos, si te sancionaban por "portarte mal", ironiza, entonces entrabas en problemas; y todo el mundo quería portarse bien, siguiendo la lógica de la derecha instalada en el Ejecutivo y el Congreso estadounidenses.

En el caso de Centroamérica, el 34 por ciento de las exportaciones siguen dirigidas a esa potencia norteña, pero en la actualidad los dictámenes de la Casa Blanca ya no son tan determinantes en la formulación de políticas económicas, opinó.

Con antelación al ALBA, Nicaragua exportaba a Venezuela de ocho a 10 millones de dólares anualmente, en los mejores momentos, y ahora estamos por encima de los 374 millones; ello expresa el valor de las políticas de complementariedad, solidaridad y comercio justo, apuntó.

Frente a los viejos modelos de intercambio comercial, ALBA, justipreció Acosta, resulta revolucionaria y, desde la perspectiva política, respalda un proyecto de América Latina unida, para defender su soberanía y librar la lucha antiimperialista.

* Jefe de la corresponsalía de Prensa Latina en Nicaragua.

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